No es la primera vez. Me lo prometió. Me prometió que no volvería a ocurrir. Me veo de nuevo tirada en la cama, casi desnuda mientras no deja de pegarme. ¿Cómo he podido llegar hasta aquí? No puedo más, duele demasiado. No tanto los golpes que me da, sino su promesa rota. Aquella que creí, sin dudar. Su mirada arrepentida, me hizo creerle, quererle. Ahora después de confiar, de dárselo todo, de ser parte de él, su sombra, su niña, su amor, no soy más que una puta. No para de decirlo: puta, zorra, guarra. Solo salen lágrimas. Lagrimas que salen desde lo más profundo de mi alma desgarrada, de la misma manera que él lo hace con mi ropa. No. No sigas. No quiero. Déjame. ¿Por qué? ¿Por qué no me tomas cuando yo quiero, cuando estamos bien? Ahora no. ¿No me ves? Así duele, duele que entres en mí, duele mucho.
Silencio. Nadie llora, ni grita. Solo silencio.
Me prometí no hacerlo nunca más, que lograría dominarme, porque me siento tan vacio ahora y tan lleno de vida cuando la pegaba. ¿Dónde quedan los momentos en que era feliz con ella, cuando en verano íbamos a la playa, aquellos días de noches inalcanzables? Pero me enfada. No sabe estarse callada. Mírala ahora desnuda, no se viste. Espero que se quede esta noche, para compensarla. Pedirle perdón. Le daré de cenar y la abrazaré. No volverá a ocurrir. La quiero, es mía, pero no debe replicarme. ¿Por qué no me trajo el tabaco? Solo le pedí eso. Pero lo que hizo fue hablar con ese amigo suyo. Su excusa era que se le hizo tarde hablando. Solo le pedí eso.
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Lo vemos cada día,
en las noticias, a nuestro alrededor...
Este no es un caso real afortunadamente,
es parte de un trabajo...
Pero ocurre así o mas duramente...
debemos cambiar, no dejar que ocurra,
debemos DENUNCIAR!!!
